Segundo Domingo de Mayo (relato)
- danielchawnamuche
- 11 may 2024
- 2 Min. de lectura
De cuando en cuando, las nuevas tecnologías suelen enviarte un “Time lapse”. Son fragmentos de tiempo unidos a imágenes sonoras de lugares y personas. En algunos momentos he realizado ésto mismo con la imaginación pero retrocediendo en años a tal punto que pudiera imaginarme dentro del mundo acuático amniótico de mi madre.
Como no se sabe que hay más allá de las imágenes de la ecografía, quizá podríamos -nuevamente con la imaginación- esbozar quienes fuimos. Quizá como los personajes de una novela en un drama con un desenlace: el nacimiento. Mi madre, entonces, sería la heroína de dicha narración.
De nuestras madres hemos aprendido el significado del vínculo. “Alumno, qué hace usted mirándose el ombligo” me gritó la maestra allá por el segundo grado de primaria de los años ochenta. “Veo, profesora, los vestigios de una unión económico-afectiva con mi madre”. Dicho esto, me mandaron a la dirección y, de allí, con mi carpeta al aula del tercer grado.
El tiempo pasa rápido. Mi madre ya no está conmigo en este valle de lágrimas llamado planeta Tierra. Procuro cada segundo domingo de mayo hablar con ella. Actualizarle lo malo que se porta la gente y los esfuerzos que hacemos para que esta realidad no continúe así. A veces pierdo las esperanzas.
Querida madre. Ya sabes que no creo en el dios desconocido porque nadie lo ha visto. Pero, si creo en ese Dios que te envió para que seas mi madre. Entonces, pienso y razono: “El mundo es así porque ha olvidado el lazo maternal, la gente vive sin ombligo”.
Espero que todos y todas pasen un buen segundo domingo de mayo, día de la madre y día del Señor quien por cierto también tuvo madre.
Dchawsj
Pueblo Libre, mayo 2024

Comments