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Ella, la raspadilla y el partido (Relato)

  • Foto del escritor: danielchawnamuche
    danielchawnamuche
  • 17 mar 2021
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 17 mar 2021

Ya habíamos pasado un par de meses de idílico romance hasta que tuvimos nuestro primer verano. Caminábamos juntos de la mano y, de pronto, hablé:

-Quiero una raspadilla.


Asentí con la cabeza y la sonrisa. Más, ella respondió:

- ¿Una raspadilla? ¿Mejor un helado? Yo te invito.


Aquello fue el inicio del fin. Fuimos hacia el heladero y le pidió:

- Dos helados, por favor.

Me preguntó:

- ¿De qué sabor quieres?

- De Lúcuma. Respondí

- Uno de chocolate y otro de Lúcuma. Le dijo al heladero.

- ¿Está bueno?

- Si.

- ¿Me invitas?

- No.

- ¿Por qué?

- Porque tú tienes el tuyo.

- Ah ya, está bien. Ya no quiero este helado.

Ella sonaba un poco molesta y le pregunté:

- Y ¿por qué te lo compraste?

- Mmmmmmmm. No sé. ¿No quieres?

- No.

- Pero ya casi te estás terminando el tuyo. ¿Te gustó?

- Si un poco, la lúcuma es rica. Pero, yo quería raspadilla.

- Y por qué no pediste raspadilla.

- Porque tú compraste helado.

Yo estaba tranquilo, ella incómoda.

- Ya vamos a casa.

- Ya.


En esos momentos, trato de detener un taxi. Y ella exclamó:

- ¡Taxi! Caramba y esa elegancia.

- Lo que pasa es que te dejo en tu casa y luego voy a la mía para ver el partido.

- ¿El partido?

- Si.


Ella desaprobó mi respuesta meneando su cabeza.

- Mejor vemos una película en mi casa. ¿O no quieres ver una película conmigo?

- Ehhhhh…… si.


No lo dije muy convencido, no me gustaba la idea y me remedó:

- Si… mentiroso. Primero, lo del helado y ahora esto.

- Ya está bien vamos a ver una película en tu casa. Repliqué.


Levanté la mano para detener un bus. Y cuando éste se detuvo, le dije:

- Vamos pues…


Ella sube y luego voy por detrás. Encontramos un asiento para cada uno. Y me recriminó:

- Claro. Como vamos a ver una película, me llevas en bus. Vamos a llegar en 2 horas a mi casa.


Luego, respondí:

- Si quieres bajamos y vamos en taxi.

- No. Ya no.

- Espérame voy a pagar los pasajes.


Me acerqué al chofer. Pagué al cobrador. Y antes de ir a sentarme, le dije:

- Tío, ponte el partido pe´.

- ¿Quién juega?

- El Alianza pe´.

- Verda´ no. Ya sobrino, ahí lo pongo.

- Tío. Por fa´, vaya lento pe´. Pa´ escuchar todo el partido.


Y así pasó el primer tiempo y el descanso.

Yo escuchaba toditito lo que ella contaba por una oreja:


“Te cuento pues, mi prima, tiene su novio. Y ya está haciendo prácticas. Y su empresa le da el carro de la compañía y a veces la lleva a pasear. A mi tía no le gusta, porque parece que se sube a autos de desconocidos. Yo conozco a su novio, no es mal tipo. Un poquito más alto que tú. Morochito, pelo cortito. Se viste bien no lo voy a negar...”


Mientras que, por mi otra oreja, escuchaba:


“El churre Hinostroza va por la banda izquierda, pase para Basombrío, el gato se va. Toque para Waldir, cae el Waldir. El árbitro no cobra nada. Balón dividido despeja Ruiz, amaga Muchotrigo… Penaaaaaaaal”.


En eso, cierro los ojos. Ella me preguntó:

- ¿Te sucede algo?

- Me dio un cólico, creo que me cayó mal tu helado. (Le mentí)

- ¡Ay! Hay que llegar rápido a mi casa.

Y le increpa al chofer:

- Oiga, avance más rápido pues. Muy lento maneja, aprete, aprete.

Repliqué:

- No le eches la culpa al chofer. El carro está viejo.

- ¿Estás seguro?

- Si, ya me va a pasar.


En eso, me agarro nuevamente la barriga para no gritar en el bus y escuché de la radio:

“Goooooollllllll de Waldir Saenz desde los doce pasos, empata el partido!!!”; “El Alianza va para más, dijo otro comentarista”; “DENCORUB, calor que penetra calor que alivia, Academia Cruz Saco, la rotativa deportiva”.


Ella continuó con su relato: “Te decía pues que mi prima sale con su novio…”


- ¿Cuál prima?

- ¡Oye! ¡hace una hora que te estoy hablando de mi prima!

- Shhhhhh. Baja la voz. ¿Por qué gritas?

- Porque tú no me haces caso.

- Yo.

- Y ¿Con quién estoy hablando? Idiota.

- Conmigo.


Nos quedamos en silencio un rato.

- Ya vamos a llegar. Bajemos.


Le grité al cobrador:

- Choche baja atrás.


Apenas tocamos la acera. Ella puso su mano en mi pecho:

- No me sigas, vete a tu casa. Busca tu raspadilla y ve tu partido.

- Pe, pe, pero… mi amor.

- Noooo. No digas nada, porque la embarras más. Adiós.

- ¿Adiós o hasta luego?

- Agggggggrrrrr. ¡Vete baboso!


Me dio la espalda y se fue. Lentamente, fui apartando mi mirada de ella y veía el bus marchándose despacio hacía la otra esquina.

Crucé la avenida hacia la pista de retorno. Llegó otro bus parecido. Subí y le dije al chofer:

- Tío, ponga el partido pe´

- Ya acabó sobrino.

- Un ratito pe´ pa´ escuchar los comentarios.


“Un gran triunfo del Alianza, señoras y señores. Una gran actuación de Waldir que inició con el marcador empatando para el Alianza, luego la pinturita de Darío Muchotrigo. Tras el susto que supuso el empate a dos por medio del brasileño Adao y, finalmente, la alegría para todo el pueblo aliancista con el triunfo sellado por Frank Ruiz de cabeza. Gran partido de esta tarde que nos regalaron ambos equipos, nos vemos hasta la próxima transmisión”.


Dchawsj

Lima, marzo 2021.




 
 
 

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