El joven rico regresa otra vez

El joven se le acercó a Jesús diciéndole: Hijo del Padre bueno, ¿Qué debo hacer para amar como tú?. Jesús le respondió: "dices bien en decir que el Padre es bueno" Ya que has cumplido todos los mandamientos. Vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.

Señor desde mi segunda juventud he procurado hacer esto último que me dijiste y cuando regresé ya no te encontré. Tu mirada de cariño hizo que me entristeciera pero he logrado hacer lo que me pediste pero ahora hablan del gran amor que nos tienes. ¿Qué debo hacer para amar como tú?

Jesús lo volvió a mirar con cariño y respondió: "yo he amado muriendo por ti trata tu también de morir por tu hermano". Y el joven replicó: "¡Acaso tendré que esperar yo también un fin como el tuyo!"

"No, no creo ni lo espero, porque si es bien morir crucificados no está bien que existan crucificadores". Ahora te lo explico: "Ama a tu enemigo, haz el bien al que te odia, no juzgues, no condenes, quieres ser el primero, se el último. Recuerda la historia del Padre y los dos hijos, pues yo soy el padre que perdona y la del comerciante que asaltaron camino a Jericó, se tú el Samaritano y la del siervo a quien se le perdonó toda la deuda, sé tu como el Rey.

El joven que era muy preocupado y obstinado le dijo: todo eso ya lo he meditado, reflexionado, orado, he escrito varios tratados, lo he enseñado y librado batallas contra los herejes... Y así, le fue explicando a Jesús todo lo expuesto por su razonamiento.

Y finalmente, Jesús lo volvió a mirar con cariño y le dijo: "El verdadero amor es cosa rara, extremadamente difícil de vivir. Se trata de morirnos nosotros mismos no de hacer morir a los demás. Por eso es difícil amar, porque mucha gente quiere resucitar sin morir antes. Si estás dispuesto a morir por tu hermano, el amor por él se aumenta, vive su plenitud y se vuelve eterno. "Si amas debe estar dispuesto a morir".

El joven se entristeció porque descubrió que había dado la vida sin morir realmente. Y se fue. Pero, Jesús que lo conocía bien y mirándolo mientras se iba, sonrió y exclamó: "regresará".

Dchawsj

Sao Paulo, agosto 2011