El hijo de un hombre (relato)

Había una vez un hijo de un hombre. Este había sido crucificado. Y, en su agonía, pronunció unas palabras que ya las había escuchado antes: “Perdónalos porque no saben lo que hacen”. Pero, no entregó su Espíritu pues solo se desmayó. Cuando estaban retirando su cuerpo de la cruz, se dieron cuenta de que aún respiraba y lo llevaron a curarlo.

Pasado un tiempo y puesto en pie, volvió a profetizar contra las autoridades. Uno de sus discípulos les dijo: -Pero si ya los perdonaste porque sigues profetizando contra ellos. El maestro respondió: -La primera vez no lo sabían. Pero, esta vez ya lo saben. Te aseguro que, si ven signos de maldad, mentira, aprovechamiento, robo y se empeñan en justificarlo. Probablemente se les perdonará, pero quizá no tengan Paz.

Finalmente, la “paz” llegó a la aldea, pero no se supo nada más del maestro. La prensa amarilla dijo que fue asesinado a traición por algún discípulo, mientras que la Oficial señalaba que, asqueado de la situación, fue a meditar al bosque. Sin embargo, mucha gente sabía que el maestro no podía dejar de profetizar ni enseñar a sus discípulos. Y, a pesar de que dieron parte a la policía como desaparecido, éstos no hicieron nada por investigar.

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Lima, mayo 2021