El Encuentro (diálogo)
- danielchawnamuche
- 24 feb
- 3 Min. de lectura
(Dos amigos, Felix y Ana, no se ven en mucho tiempo y se encuentran cerca del estacionamiento de un centro comercial)
- Hola.
- Hola.
- ¿Qué tal?
- Bien. ¿Qué ha sido de tu vida?
- Pues bien. No me puedo quejar. ¿Y tú?
- Tampoco. Igual que tú. Trabajando.
- Oye. Mira. Te pido disculpas. Sabes. Por lo de....
- Vamos. Ya han pasado 20 años. Demoré un poco en darme cuenta de...
- Entonces, lo admites.
- Admitir ¿qué?
- De lo que ibas a decir.
- Acaso, no cambias. ¡Siempre te adelantas a lo que pienso!
(Aparece el esposo de ella)
- Ani. Amor. ¿este hombre te está molestando?
- No. Alberto. Te presento a Filiberto. Estudiamos juntos en la universidad.
- Filiberto Martínez Mondragón para servirle.
- Ah!!!! qué bueno. Entonces sigan no más. Tendrán mucho que hablar. Amor recojo el carro que lo deje estacionado.
- Un gusto, don Alberto.
- Dígame, Alberto no más. No estoy tan viejo.
(Alberto se va)
- Vez que nunca cumples tu palabra.
- ¿De qué hablas?
- Como que ¿de qué? Alberto te presento a Filiberto. ¡Felix! Juraste nunca llamarme así.
- ¡Oye! No me remedes. Y qué quieres que diga. ¡Alberto te presento a mi ex!
(Aparece la esposa de Felix)
- Felicito, mi cielo. ¿Estás discutiendo con esa mujer?
- Jajaja. No mi vida. Es una vieja... amiga de la universidad. Nos hemos visto después de 20 años. ¿Puedes creerlo? Estábamos hablando del viejo Montoya. Ese profe que injustamente me desaprobó y volví otro ciclo a la universidad. Viejo de mierda pero que en paz descanse. Lo siento mi vida. No te la presente. Ella es Ani... En verdad, es Anicienta Isabelle.
- Si. Ani Mendieta Montoya. Y, cómo ves, el viejo Montoya era mi tío. No te imaginas cómo me rogó Félix para que hablara con mi tío para que le diera una oportunidad. Pero, mi tío que en paz descanse: naca pirinaca.
- Jajaja. Pobre Felicito ya me lo imagino. Y él que es tan orgulloso.
- Uy... no te imaginas. Tantas cosas que hemos pasado y en las marchas. O como aquella vez que con otros amigos de la facultad nos encadenamos en el comedor como protesta por el alza del menú. Ay, perdón. Félix ¿no me dijiste cómo se llama...?
- Ah perdón. Ella es...
(La esposa de Felix lo interrumpe)
- Tati Mendoza. Perdón que te interrumpa Felicito. Lo siento, Ani. Sucede que mi primer nombre suena horrible y no me gusta escucharlo. Felicito, voy al cajero automático y luego al mercado, me buscas allí. Chau Ani. Ven a la casa cuando quieras.
(Tati se va no sin antes amenazarlo con la mirada)
- Así que te vengaste con lo de Anicienta.
- Yo. Vengarme. A mí sí me gusta tu nombre. Es original.
- Pero, para mí no lo es. Y tú te burlabas diciéndome: Ani-siéntate.
- Bueno, pero yo no jure nada... Y qué fue de esa chica que siempre andaba contigo.
- ¿Margarette?
- Si. Margarette. Me caía bien. No entendí por qué no estuvo con alguien de la universidad. Ustedes eran muy buenas amigas ¿no?
- Pues, sí. Pero, nos peleamos. En realidad, yo dejé de hablarle.
- Asu. El otro día me pareció verla pero no recordaba su nombre.
(Felix indica que ya debe despedirse)
- Oye Ani. Ha sido muy bueno encontrarte hoy. Te reitero mis disculpas...
- No tienes de que disculparte. No he olvidado lo canalla que fuiste y debo decirte que algo de error tuve. Tu mujer me está haciendo señas a lo lejos y yo ya debo irme. Pero, quiero que sepas que cuando Margarette se enteró que terminamos ella me regañó diciéndome que estaba en un error. Yo no podía decirle que fuiste tú quién terminó conmigo. Luego, ella me confesó lo que sentía por ti. Yo no comprendí sus sentimientos y dejé de hablarle.
- No era necesario que me lo cuentes ya paso hace tanto tiempo.
- Tienes razón pero creo que debías saberlo.
- Yo no te pedí que me contarás. Aunque... Recordándolo bien, la tal Margarette no estaba nada mal.
- Ves todos los hombres son iguales, unos canallas.
- Que imposible que eres. Ándate ya. No hagas esperar más a Albertito. Chau.
- Adiós, Filiberto.
Dchawsj
Jaén, Febrero 2017

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