EL DIOS QUE NO QUERÍA IRSE (relato)
- danielchawnamuche
- 8 mar 2021
- 1 Min. de lectura
Apareció cerca de la puerta y tocó:
- ¡Toc-Toc! ¿Puedo entrar?
- Tú lo puedes todo. Respondí.
Alcé solo un poco la mirada para observarlo y volví a mi Ser.
- ¿Quieres que me vaya?
- Si. Respondí.
Cuando se fue, inspiré por primera vez el aroma de la Libertad.
Y pasó un tiempo.
- ¿Puedo entrar? Veo la puerta abierta.
- Tú lo puedes todo. Respondí.
Afiné el oído cuando el tomó asiento solo por un tiempo. Se fue sin hacer ruido cuando inspiré un olor a paciencia.
Salí por un tiempo.
Él entró en la habitación. Apagó el despertador. Se sentó en el escritorio y leyó mis notas. Buscó agua para regar la única planta que hacia tiempo me acompañaba y dejé de cuidar. Ahí quedó.
Y pasó otro tiempo.
De pie en el dintel de la puerta le grité:
- ¿Puedo entrar?
- Tú lo puedes todo. Respondió.
Entré en la habitación. Tomé asiento y me escuchó. El tiempo ya no era importante.
Dchawsj
Lima, Enero 2021

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