Cuentos sobre mi madre #2
- danielchawnamuche
- 1 feb
- 2 Min. de lectura
“De niño le dije a mi madre que pensaba en ella”. Mi madre sorprendida pero curiosa acerca de aquella disertación tan joven y tan mía me replicó sin pensar respondiendo un “yo también en ti” mientras mantenía su mirada fija en el volante y el parabrisas.
Tras un largo silencio que duró aproximadamente 3 cuadras y un semáforo en rojo, mi madre me contó acerca de las cosas que aprendería en el colegio y que ella no pudo aprender. Más yo seguía pensando. Ella un poco incómoda me preguntó en que pensaba y yo le dije: “en ti”.
Mi madre entendió muy bien que su respuesta fue tan precipitada como la mía y que realmente no estaba pensando en ella, lo cual le sugería la certeza de que le estaba mintiendo. Pero aquello se le olvidó muy pronto porque las madres piensan en muchas cosas a la vez.
Al llegar al colegio, mi madre hizo aquella pregunta que ningún niño se rehúsa a responder: “¿me quieres?”. “Si”, se lo dije mostrando mis dientes de leche. Y agregó: “¡Cuánto!”. No respondí alguna cantidad pues solo me enseñaron a contar hasta 10 con los dedos y ello me parecía ya bastante.
Entonces, estire una palma de la mano y lo alejé lo más que pude a la otra mano al punto que también estiré el cuello y mis ojos iban hacia el sur mientras confidentemente respondía: “asiiiiiiiiiií”. Ella estiró los labios como pico de pato y me dijo falsamente triste: “tan poquito” (estirando la última letra o).
“Pero cuando crezca te voy a querer más” respondí y me di media vuelta para irme corriendo porque los otros niños no parecían hablar mucho con sus mamás y, además, ya estaba en el 1er grado de primaria.
Dchawsj
Yamakaientsa, Enero 2014

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