A propósito de San José (Ensayo)
- danielchawnamuche
- 19 mar 2022
- 2 Min. de lectura
¿Por qué no se habla tanto de José en la biblia? La respuesta es fácil. No es importante y no se pudo saber mucho de él.
Los evangelios no son una biografía ni siquiera escritos sobre la historia de Jesús. Basta con leer los primeros versículos de cada evangelio; allí se resume la línea teológica de cada evangelio. No obstante, -y ciertamente- son las principales fuentes para acercarnos al Jesús histórico.
Entre los años 60-70 se escribe Marcos, entre los 70 y 80, Lucas y Mateo; cerca al 100 incluso más se escribe Juan. Lo más importante de los evangelios es cómo este Jesús de carne y hueso se enfrenta al poder político-religioso y proclama un cambio (conversión, metanoia) en la relación hombre-Dios ya no mediado por la Ley (Torá) sino por el corazón mismo del hombre.
El pecado ya no es la falta a la ley que merezca castigo, el pecado no ofende a Dios ni le hace daño. El pecado deshumaniza, animaliza, esclaviza, te vuelve un títere de los instintos básicos: la propia supervivencia; en perjuicio del hombre mismo.
Entonces, ¿son importantes los santos? Si, pero no tanto como Jesús. Y tampoco como la idea que tenemos de Jesús sino más bien con lo que hizo Jesús. Es decir, el modo de relacionarse con Dios que lo lleva a descentrarse: salir de sí mismo en favor de los demás; y eso no es un cambio narcisista, altruista sino un cambio político y eso lo hace a él un revolucionario.
Todas las revoluciones fracasan -las que comienzan bien y las que terminan mal, las de derecha, centro e izquierda- ¿Porqué nuestra revolución cristiana perdura? ¿Será acaso porque nació desde el fracaso de la cruz? ¿Será porque Dios está con nosotros y más con el vencido y el oprimido?
¡Qué locura, qué necedad! Y así lo quiso Dios para confundir a los sabios y entendidos.
Dchawsj
Lima, marzo 2022

Comments